8

Hoy mi hermano cumple 8 años. Parece una edad medio "meh" para todo el mundo, digamos, no es uno de esos cumpleaños con EL número. Pero para mi tiene un significado bastante grande.
Ver feliz a mi hermano a los 8 años es algo hermoso de ver. Verlo llorar a veces es repetir la historia, y créanme que eso en mi familia pasa muy seguido. En fin, ¿Por qué digo tantas boludeces?
Porque yo a mis ocho años era una nena que no entendía mucho de su vida. No sabría decir si era "feliz" en la totalidad o si los días pasaban todos iguales. La realidad es que no tengo muy claros mis 7 y 8 años. Tengo cosas, recuerdos, flashes, y ninguno es muy feliz. No quiero echarle culpas a nadie, no es la idea, pero es la verdad.
A los ocho años yo ya había vivido uno de los años más difíciles y tristes de toda mi vida. De un día para otro me encontré sin mi papá en casa, viéndolo solo dos veces (o tres) por semana y llorando cada vez que se iba, sin saber muy bien por qué. Mi hermana era muy chiquita para entender aaalgo de lo que estaba pasando y nunca sentí que mi mamá apreciara realmente como me sentía, no se, ella tampoco la estaba pasando bien supongo y no querría darle tanta importancia, como para que todo se fuera más rápido. A mi me costó mucho. Lloraba prácticamente todos los días en el colegio. Cada vez que una maestra me hablaba un poco más fuerte que un susurro yo me ponía a llorar, y si había que llevar alguna foto familiar a clase uff, no paraba en toda la mañana. Me acuerdo una mañana que mi papá me llevó y me tuvo que dejar su reloj porque yo no quería que se fuera (en qué ayudaba su reloj quién sabe, pero me acuerdo de tener una especie de conversación con mi maestra sobre eso). Y bueno, hasta que mi mamá no fue a hablar y contar la situación que estábamos viviendo nadie entendió muy bien qué me pasaba. Y fue difícil. Tengo 20 años ahora y cada vez que me acuerdo lloro, como para dar una idea.
Llegué al punto, durante varios años, de tener un álbum de fotos "prohibido" porque la primer foto era del casamiento de mis papás, y no podía verla sin ponerme a llorar.
Digo todo esto porque acabo de ver a mi hermano pasarse a la cama de sus papás. Y me acordé de esa especie de magia/miedo que daba ir despacito a la noche con la vocecita más dulce posible a pedirle a mis papás un lugar en la cama. Lo bien que dormía si me decían que si. Me puse re feliz por el. Porque yo a los 8 ya no podía hacer eso, ya no tenía la familia del cuadrito. Y créanme, a mi me ENCANTABA pasarme de cama.
Tal vez todo lo que yo pasé hizo realidad el hecho de que él sí pueda tener a sus papás juntos. El sí puede tener la familia del cuadrito (un poco rara, pero bueno un cuadrito complicado). Tal vez mi infancia pedorra le deja a él una infancia más linda, más de niño y menos de adulto.
No hay nada que me consuele más que eso todos los días y la única razón por la que no cambiaría nada de mi historia es por él. Porque él no estaría acá si yo no hubiese sufrido, si yo no hubiera llorado lo que lloré, y madurado lo que maduré. TODO eso llevó a el, y eso es increíble.
Sólo espero para su vida que sea feliz y que mi familia no repita los errores ya cometidos, que son muchos. Porque para nosotros ya es medio tarde pero él es feliz ahora mismo pasándose de cama con sus papás. Feliz cumpleaños.