(Voy a dividir el 2011 en dos partes, porque así no se hace tan pesado)
Particularmente no puedo vivir un año sin hacer una reflexión después, me sirve para ver que por ahi no todo es malo o bueno. Este año fue "tranquilo" por así decirlo, aunque cambiaron un poco las cosas. Me golpeé con miles de piedras pero estoy orgullosa de poder decir que cada vez que caí me levante (con ayuda), cada vez que dudé supe que hacer y hoy en día lo pienso dos veces y no me arrepiento de nada. Aprendí que cuando uno piensa en el futuro lo único que hace es desgastar el presente, y que el futuro que queremos no siempre vale la pena. Aprendí que las cosas no son lo que parecen, las personas no son lo que parecen o simplemente no se muestran como son. Me enseñaron que la amistad es una de las relaciones más fuertes que existen, que los verdaderos amigos se cuentan con una mano (pero que también está bueno tener amigos para pasarla bien). Aprendí que el tiempo nos da la clave para cualquier problema, aunque no siempre estemos convencidos. Aprendí que las relaciones vienen de golpe y muchas veces así también se van, que el primer amor no es el mejor ni el eterno, que aunque lloremos y supliquemos las personas no cambian y muchas veces es mejor dejarlas ir y simplemente recordarlas con una sonrisa porque en algún momento nos hicieron felices. Aprendí que, aunque nos gusten los problemas, es mejor callarse a veces y dejar que cada uno sea como quiere, por más que no estemos de acuerdo. Me enseñaron que la música es más que solo música y nadie lo entiende, que es el sentimiento mas puro que alguien puede tener y que es hermoso saber interpretar y no juzgar las cosas. Me di cuenta que si hay algo en lo que me puedo perder es en un instrumento, o en un músico, sea cual sea, ver a alguien hacer lo que ama me genera una total pérdida del conocimiento (por eso espero poder avanzar con el piano en el 2012). Aprendí que las promesas están completamente rotas y que cualquier persona puede romperte alguna parte del corazón, pero si lo hace es porque no merece lágrimas ni dolor. Me enseñaron que aferrarse a alguien es lo peor que se puede hacer (a esta edad principalmente), nada es para siempre pero hay que saber disfrutar las cosas buenas, que duran poco. Me doy cuenta que crecer no viene solo, tiene un precio, aunque madurar muchas veces es lo mejor que puede pasarnos. Pido perdón por los errores que tuve, no conmigo misma sino con mi familia y gente realmente querida, a veces uno juzga a las personas cuando en realidad no sabe o lo que sabe no alcanza para poder juzgar, diría que soy adolescente pero no es excusa, perdón. Aprendí que la joda no es ningún delito y que salir un rato a joder con amigos es la mejor manera de escapar de la realidad. Entendí y entiendo que ya no quedan tantos años para disfrutar, por más que todo el mundo me diga que si, yo sé que no, por eso decidí disfrutar todo al extremo y no olvidar nada. En fin, me conocí, conocí personas (desconocí otras), conocí la verdadera música, conocí a mi familia, conocí mucho más de lo que ya conocía. Por ahí tus pies no se muevan en todo un año, pero lo importante es que tu mente y tus conocimientos VUELEN.
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